viernes, 29 de junio de 2007

PLEGARIAS DEL ADVIENTO

Cuán alto se siente el día, habiendo puesto la noche
Su cielo azul más sereno en silenciosa armonía,
Dónde el cansancio acurruca ya sin dolor ni reproches
Las obras buenas que cantan cual celestial letanía.

Ya todo pide silencio, sólo el duende y unos grillos,
Serenatean felices al compás del dulce viento
Y cual noche ennoblecida por la magia de un castillo,
Toda sombra se embellece con plegarias del Adviento.

Esta es la noche más larga pues en ella, todo es calma.
El hombre se vuelve niño, la mirada se hace clara,
Sólo se ve lo invisible en lo profundo del alma.

Y así en la tierra del hombre, hoy se estremece y resuena
La luz tenue de la estrella que ilumina la posada
De un portal en dónde nace la más bella Nochebuena.

24/12/1993

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