viernes, 29 de junio de 2007

RECIÉN HE COMPRENDIDO

Recién he comprendido que amarte me eterniza,
me eleva, me enaltece, me cierra las heridas
que en campos de batallas, cubiertos de cenizas
se abrieron en mi alma, matándome la vida.

Recién he comprendido que el grito de victoria
se gana cuando en guerras, se lucha hasta la muerte,
no hay luz sin cruz valiente, ni sangre sin su gloria,
y en esta paradoja, morir es mejor suerte.

Recién he comprendido que el trigo madurado
sólo es fecundo grano si muere en el sendero,
y así la dura muerte que lo guardó enterrado
hoy lo devuelve espiga, Pan del Dios Verdadero.

Recién he comprendido que no hay lagar sin vino,
ni tumbas sin victorias, ni espinas sin su rosa;
por eso el sufrimiento de Cristo en el camino
me dará como premio, la Vida más gloriosa.

10-05-1990

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