Cómo puedo pretender que me respondas
bravo río en el que nunca me sambuyo,
puedo acaso exigir que no te escondas
si te encierro en los castillos que construyo?.
Y te exijo que me grites desde el cielo
caminando sin tenerte en esta tierra
y al pedirte que derritas este hielo
el calor de tu exigencia me aterra.
Y así voy comiendo un fruto que perece,
descubriendo en el pecado mis piruetas
y mirando una luz que me enceguece
me descubro iluminado en tu silueta.
jueves, 24 de mayo de 2007
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