lunes, 28 de mayo de 2007

YO QUIERO DARTE TODO, SEÑOR

Señor yo no quiero darte sólo un pedazo de mi vida.

La cola bailarina de un barrilete, las hojas abiertas de un alcaucil, lo restante, lo obligatorio, lo científico, lo estipulado, lo pactado, aquello sin lo cual mi vida podría seguir sin advertirlo, en definitiva aquello que no pasa por las más importantes arterias de mi espíritu, ni por las avenidas más transitadas de mi corazón, aquello que no hace a la esencia de lo que llamo " mi vida", mi mundo, mi historia...

Yo quiero darte ese todo sin lo cual lo otro se deviene en nada, ese amor genuino que no se desvanece como la oscuridad ante las primeras señales de la aurora. Ese amor que lo cambia todo, abandona todo, vende todo, esa perla, ese campo, se tesoro escondido, ese hallazgo por el cual Pablo llegó a llamar basura a todo lo restante, ese amor secreto, esa morada recóndita que el mundo no tiene porque no la conoce y por eso muere boqueando como un pajarito caído del nido, ese amor, por último, por el que valga la pena haber nacido...

No hay comentarios: